El reino blanco – Luis Alberto de Cuenca

Día Mundial de la Poesía

No me recuerdo leyendo a Luis Alberto de Cuenca. Reconozco que era uno de esos nombres que me inspiraban una mezcla de respeto y miedo. Alejado de las modas y las corrientes, de Cuenca viene a ser a las letras como Julio Iglesias a la música, a muchos les causa rechazo, pero hay que ponerles en un altar por lo que han conseguido a lo largo de su carrera. Y porque sus letras encierran vida y costumbre. En una cultura como la nuestra, lo difícil no es llegar (hoy está casi regalado), sino mantenerse. Más de cuarenta años, ya es para premio. LEER MÁS


El reino blanco encierra el trabajo de tres años de investigación poética, de calle y lecturas. Con una lírica de manual y los elementos propios del autor, la poesía se desarrolla como el viaje a ninguna parte que debe contener todo buen libro. Su lectura invita a la relectura y al estudio de las composiciones, a rebuscar en las bibliotecas de los clásicos y los manuales de escritura. El verso libre es un regalo que hay que saber utilizarlo cuando se han dominado haikus, seguidillas y noches en vela.

No voy a escribir aquí ni un solo verso del libro. Anímense y busquen entre sus páginas los secretos de este Reino blanco. Van a descubrir palabras de la sabiduría de quien dispone una biblioteca como la de Luis Alberto de Cuenca. Y la gracia de cómo va desentramando sus paseos, sus sueños, los amigos que desfilan y la ardiente (que no burda) sexualidad.

Lo siento, me confieso. He llegado tarde al poeta por cierto prejuicio o falta de estímulo. Es un error de esos que deberían dar vergüenza, y acepto toda crítica. Pero ahora, si me dejan, voy a volver a él bastante a menudo. A purificarme, como el agua de la lluvia que por fin nos llega.

Tarde pero bienvenida.

Antonio J. Julia

FICHA DEL LIBRO

Título: El reino blanco | Autor: Luis Alberto de Cuenca | Editorial: Visor | Páginas 174 | Precio 20€ |

1 comentario en «El reino blanco – Luis Alberto de Cuenca»

  1. ¿Es porque ha llegado “tarde” a la lectura de este gran poeta que usted le compara con Julio Iglesias?
    Su osadía parece tenerun único y triste límite: EL JUICIO DEL IGNORANTE

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